El desierto es un lugar con poca agua, porque no llueve seguido. Además, los rayos del sol son más intensos que en cualquier otro sitio.
El clima del desierto es extremoso: esto quiere decir que en el día hace muchísimo calor, pues casi no hay humedad ni nubes, y por la noche el frío es tan fuerte, que para soportarlo necesitarías varias cobijas.
Algunas plantas anuales son el lupino, el lirio del desierto, la gatuña y el tepari, que es un frijol silvestre.
También encontramos víboras de cascabel, camaleones y tortugas del desierto, que integran el grupo de los reptiles. Otros habitantes del desierto son el jabalí, el venado bura, el venado cola blanca, el berrendo y el borrego cimarrón, que son herbívoros, es decir, que comen plantas.
Las plantas del desierto crecen lejos unas de otras y la mayoría de los animales salen a comer durante la tarde y noche para evitar el calor.
La lluvia no es frecuente, sucede únicamente en el verano. Además, las lluvias en el desierto se caracterizan por ser muy fuertes y de poca duración.
Una fuente de agua son las llamadas ciénegas, sitios que se forman cuando un río corre por debajo de la tierra y sale a la superficie en lugares donde el terreno es más bajo. Además de las ciénegas hay ojos de agua, que son brotes pequeños. También hay charcos que se forman en lugares rocosos, donde el agua permanece por poco tiempo. A estos lugares se les llama tinajas.
Las plantas anuales crecen cada año durante la época de lluvias. Esto sucede porque sus semillas permanecen en el suelo hasta que la lluvia las hace florecer. Tres o cuatro días después de haber florecido, las plantas anuales dejan su semilla dormida hasta el siguiente periodo de lluvias.
Algunas plantas anuales son el lupino, el lirio del desierto, la gatuña y el tepari, que es un frijol silvestre.
Las plantas perennes son aquellas que siempre están verdes, entre ellas encontramos cactus, árboles y arbustos.
Los cactus, como el sahuaro, el cardón, la senita, la pitahaya, la biznaga y el nopal; árboles, como el palo fierro, el palo verde, el mezquite y el torote; y arbustos, como la gobernadora, la rama blanca y la jojoba, tienen hojas muy pequeñas, distintas a las que tienen las plantas en la selva o en el bosque.
No sólo las plantas soportan el clima extremoso, también los animales han logrado adaptarse a los días con terrible calor y a las noches en que casi podrían congelarse.
Las codornices, los correcaminos, los halcones, las lechuzas, los gorriones, los cuervos, los coyotes, los murciélagos, los zopilotes, los linces, las tuzas y las ratas canguro.
Algunos animales buscan un sitio para protegerse del clima y de sus depredadores. A estos lugares se les llama madrigueras y se encuentran en el suelo, bajo las rocas o en los cactus, como la madriguera de la lechuza.
Ciertos insectos tienen madrigueras en forma de túneles, como es el caso de arañas, escarabajos y hormigas. Hay otros que no tienen casa fija y vuelan por el desierto, como las mariposas y las palomillas. Los insectos también sirven de alimento a las aves, a los reptiles como la iguana y a ciertos mamíferos, por ejemplo los murciélagos.
También encontramos víboras de cascabel, camaleones y tortugas del desierto, que integran el grupo de los reptiles. Otros habitantes del desierto son el jabalí, el venado bura, el venado cola blanca, el berrendo y el borrego cimarrón, que son herbívoros, es decir, que comen plantas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario