domingo, 26 de febrero de 2012

ALEXANDER FLEMING

ALEDANDER FLEMING (1881-1955)
Nació el 6 de agosto de 1881 en Lochfield, Gran Bretaña. Famoso por descubrir la enzima antimicrobiana llamada lisozima. También fue el primero en observar los efectos antibióticos de la penicilina obtenida a partir del hongo Penicillium notatum.
Antes, si a alguien se le infectaba una herida en una pierna o un brazo, muchas veces, la única solución era amputar…, la penicilina ha logrado que muchas personas conserven piernas y brazos, además de ayudar a que miles de personas sobrevivan a enfermedades que, antes de la aparición de este antibiótico, eran mortales.
Los microbiólogos estudian bacterias o mohos en cultivos puros, es decir, aíslan las bacterias y las estudian por separado para buscar sus propiedades. Pero los accidentes y descuidos de los científicos muchas veces resultan en grandes descubrimientos. Esto le sucedió al escocés Alexander Fleming en 1928, quien cultivaba una bacteria cuando, de repente, un moho empezó a crecer en su bacteria y comenzó a destruirla. Fleming, en lugar de tirar su prueba a la basura, se puso a descifrar las propiedades bactericidas del moho invasor Penicillium notatum.
 Aunque Fleming no fue el primero en saber que ciertos mohos matan bacterias, ya que al parecer esta técnica se había usado desde la China, India y Grecia antiguas, Fleming contribuyó, junto con Howard Florey y Ernst Chain, a que la penicilina se aislara, se purificara y se comercializara en los años 40; incluso, durante la Segunda Guerra Mundial, las infecciones de miles de soldados fueron tratadas con penicilina.
La penicilina fue uno de los primeros antibióticos y aún sigue siendo uno de los más utilizados. Hay muchos tipos de penicilina, cada una sirve para distintos tipos de infecciones (vías respiratorias, genitales, dientes, estómago, piel, etc.; hasta úlceras y celulitis son tratados con penicilinas). Sin embargo, estas penicilinas ya son derivados sintéticos, debido a que muchas bacterias lograron generar resistencia a algunas de las formas naturales de la penicilina. En 1945, Fleming compartió con Florey y Chain el premio Nobel de medicina. Falleció en Londres el 11 de marzo de 1955.

jueves, 23 de febrero de 2012

MARIO MOLINA

Mario Molina (1943 – a la fecha)
Nació en Veracruz, el 19 de marzo de 1943. Es un Científico mexicano especializado en química atmosférica que investigó los efectos dañinos de los CFC (clorofluorocarbonos) sobre la capa de ozono. De la trascendencia de sus estudios dan fe la firma en 1994 de un protocolo internacional que prohibió la fabricación de CFC y el premio Nobel de química que le fue otorgado en 1995.
Desde muy pequeño se interesó por la experimentación, fue tanta su insistencia que en su niñes le pidió a su tía Esther un juego de química, que constaba de un mini-laboratorio experimental para niños, pero ella le compró equipo profesional de química. Monto su nuevo equipo en el baño y mientras experimentaba en el lavabo, éste explotó dejándole un buen susto a su familia.
Durante la década de 1960 cursó estudios en la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México(UNAM). Realizó estudios en Alemania y Estados Unidos. Molina se convirtió en un científico renombrado por sus contribuciones al conocimiento de la naturaleza química de la atmósfera terrestre, en particular de la estratosfera. Fue uno de los primeros científicos en alertar al mundo sobre el peligro que representan para la capa de ozono los clorofluorocarbonos (CFC) empleados en aerosoles, refrigerantes y solventes, tanto de uso industrial como doméstico.
Molina y su colega estadounidense F. Sherwood Rowland no se limitaron a señalar el adelgazamiento de la capa de ozono sobre la Antártida. En 1974 divulgaron sus teorías en un artículo en la revista Nature. Para los investigadores, los clorofluorocarbonos (CFC), que se habían estado utilizando desde 1940 en aplicaciones como las citadas, estaban destruyendo la capa de ozono estratosférico. Tal capa protege a los seres vivos de los letales rayos ultravioleta provenientes del Sol, lo que justificaba la alarma y la necesidad de tomar medidas. Sin embargo, sus advertencias fueron en aquel momento menospreciadas y consideradas excesivas por un sector de investigadores.
En 1995, la Real Academia Sueca otorgó a Mario Molina el premio Nobel de química por sus trabajos de química atmosférica, galardón que compartió con F. Sherwood Rowland y con el neerlandés Paul Crutzen. Éste último había descrito en 1970, de forma independiente y complementaria, los efectos destructivos sobre la capa de ozono de los gases contaminantes.